Nos unimos hoy a toda la Iglesia para celebrar este domingo, el 6º Domingo de Pascua, donde se celebra la Pascua del enfermo. Rezamos por todas las personas que residen o están ingresadas en nuestros centros para que el Señor les de la fuerza en estos momentos de enfermedad y encuentren a su lado a personas que la acompañen y sostengan.
En el mensaje de los obispos para la “Pascua del enfermo-2018” podemos leer:
“Nos parece importante llamar la atención sobre algunas situaciones particularmente difíciles, como son enfermedades de larga duración, personas con problemas de salud mental o con importante deterioro cognitivo, o personas con una particular dependencia. Ciertamente, deberemos atender de modo distinto estas diversas situaciones.
No es igual cuidar durante un tiempo breve a un enfermo o hacerlo un tiempo prolongado, o que los cuidados requieran un mayor o menor esfuerzo con el consiguiente cansancio.
Acompañar a quien cuida un miembro de la familia con problemas de salud mental necesita una mayor carga de paciencia y comprensión. Entre otras razones porque sigue pesando un especial estigma sobre las personas con enfermedad mental. No podemos perder de vista que son personas especialmente vulnerables y el desgaste de la familia que les cuida es más profundo.
No queremos dejar de agradecer a tantas personas que, sin ser familia de sangre, cuidan de los enfermos y, en cuanto cuidadores, también deben ser objeto de nuestra atención y acompañamiento. Pensemos en tantos profesionales sanitarios, en los voluntarios en parroquias y centros hospitalarios, o en tantos otros agentes que trabajan en la Pastoral de la salud y se convierten también en familia del enfermo.
En la Iglesia somos conscientes del tesoro que son cada uno de los enfermos y quienes les cuidan. “Vuestro silencioso testimonio es un signo eficaz e instrumento de evangelización para las personas que os atienden y para vuestras familias, en la certeza de que ninguna lágrima, ni de quien sufre ni de quien está a su lado, se pierde delante de Dios
Vosotros sois los hermanos de Cristo paciente, y con El, si queréis, salváis al mundo”
VIVID Y PRACTICAD LA HOSPITALIDAD
¿De dónde hemos merecido nosotros la gracia de que se digne el Señor emplearnos en su servicio (de los enfermos) y en alivio de sus vivas imágenes?.
San Benito Menni (Carta nº 406)
ORACIÓN
Nos has bendecido, Señor,
con el don de la fe que sana y salva y,
en la que todo encuentra sentido.
Señor,
en momentos de duda y desconcierto,
cuando se imponen el dolor y el miedo
o domina el sufrimiento: aumenta nuestra fe,
para descubrir tu amor entrañable,
tu misericordia que sana las heridas,
tu voluntad de conducirnos a la plenitud.
Señor,
que en cada acontecimiento de la vida,
en la salud o en la enfermedad,
en la alegría o en el llanto,
pasemos haciendo el bien,
siendo testigos de tu amor que salva.
Amén